Restauraciones por Patricia Aparicio Bravo: Restauración de óleo de Guillermo Butler

Restauradora: Prof. Patricia Aparicio bravo

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Diagnosis:

Soporte: óleo sobre tabla

Medidas: 24 x 34 cm.

Artista: Guillermo Butler

Año: 1951

Firma: en cuadrante inferior izquierdo.

Tema: paisaje

La obra se encuentra en muy buen estado de conservación con presencia de suciedad superficial.

En 1880, en una Argentina que tenía 2 millones y medio de habitantes y que inauguraba ese año a Buenos Aires como capital, nació en Córdoba capital, en el barrio de los ingleses, Juan Butler, de madre italiana y padre irlandés. Juan, ingresa como postulante en la orden de los predicadores de Santo Domingo, al profesar, tomará el nombre de Guillermo, como su padre. En 1908, ya sacerdote, la orden lo envió a Roma a estudiar derecho canónico, así lo descubre el erudito Fray Joaquín Berthier, restaurador de Santa Sabina, quien intercede para que se lo mande a la academia de bellas artes de Florencia. Realizó estudios de perfeccionamiento en Francia, España, Italia, Gran Bretaña y Alemania. Fue discípulo de los maestros de la Academia Lucien y Desiré Lucas. Regresó a la Argentina en 1915 y se estableció en Buenos Aires. Posteriormente efectuó nuevos viajes a Europa y a los Estados Unidos, donde exhibió sus obras en las principales ciudades. Obtuvo varios premios, entre ellos el Primer Premio en el Salón Nacional y el Premio de Conjunto en el Salón de Acuarelistas, ambos en 1925. En 1928 el Museo de Luxembourg de París adquirió una de sus pinturas. En 1935 funda la Sociedad de Artistas Cristianos y el 01 de Julio de 1936 es designado Académico de Número de la Academia Nacional de Bellas Artes, al momento de su creación. Dos años después, expone 130 obras en los salones de la Comisión Nacional de Cultura. En 1939 crea la Academia de Bellas Artes «Beato Angélico» en Buenos Aires, alternando la actividad docente y artística con la realización de exposiciones en la Argentina y Europa. Aunque contemporáneo de las vanguardias, no se dejó influenciar por ningún movimiento: en sus paisajes interiores, ingenuos y místicos se percibe cierto aire posimpresionista, pero lo que predomina es su propia mirada, parca, ensimismada y singular. Butler pintó sobre diversos soportes: cartón, madera, tela, con distintas técnicas, óleo, acuarela, témpera, temple; realizó dibujos con lápiz, tinta e incluso, lápices de colores. Sin embargo, y más allá de su gran producción y su sostenida presencia en el medio artístico de la época, su máxima aspiración era la decoración mural de un templo, tarea que recién pudo desarrollar en la iglesia de la Inmaculada Concepción de Villa María a comienzos de la década de 1930. Su obra de carácter religioso e íntimo fue influenciada por los Nabis , los puntillistas, y el arte naif. Fray Guillermo Butler fallece en Buenos Aires, el 17 de julio de 1961.