jueves, 27 de octubre de 2022

Restauración de acrílico de Emilio Renart

 

Restauradora: Prof. Patricia Aparicio bravo

https://linktr.ee/apariciobravo

Diagnosis:

Soporte: linex (aglomerado)

Medidas: 123 x 122,5 cm.

Técnica: acrílico.

Artista: Emilio Renart

Año: circa 1975.

Tema: peregrinación a la basílica de Luján

 Restauración:

      -    Desinfección.

      -    Limpieza.

      -    Consolidación.

      -     Reintegración matérica.

      -     Reintegración cromática y protección con el método de tamponado y a pincel.

 

Obra en muy mal estado de conservación, ya que al estar pintado directamente sobre el aglomerado, sin base de imprimación y al haber estado bajo condiciones húmedas, presenta hongos, vastas superficies desgranadas, con mermas de soporte y capa pictórica. Por lo cual es prioritaria su estabilización antes de intervenirlo.

 

“Recién creada la Escuela de Arte de Luján (8 de junio de 1974).Una Escuela de vanguardia en lo que respecta a los planes de estudio, con una impronta inclusiva y latinoamericana.

Un equipo de docentes es convocado por Roberto Duarte, Director de Enseñanza Artística, dependiente de la Secretaría de Cultura de la Provincia de Buenos Aires, Emilio fue uno de los profesores fundadores.

La Escuela funciona a partir de 1974 en el espacio “Descanso de los Peregrinos”, Mitre 19, en el primer piso.

Allí Emilio, formó parte del equipo docente entre los que se encontraban Roberto Páez, Juan Carlos Romero, Carlos Fernández (Profesor de Luján desaparecido por la última dictadura cívico militar).

En la precariedad de la escuela y del lugar en el que se encontraba, que consistía en un amplio espacio que requirió ser dividido para su funcionamiento, trabajo realizado con placas y puertas de un aglomerado llamado Linex.

Emilio, una persona bondadosa e inclusiva además de sumamente sensible, tenía como objetivo desarrollar como docente la posibilidad creativa de sus estudiantes. La sorpresa fue que un día nos encontramos ante un soporte de Linex (seguramente sobrante de la tabiquería) que Emilio supo aprovechar para poner de manifiesto una obra que identifica a Luján, con la presencia de la basílica y las tradicionales peregrinaciones, en su factura se percibe la energía de su pincelada, la que nos lleva a interpretar al peregrino. Esta obra es patrimonio de la Escuela, refiriendo a un gran artista, docente y ser humano de trayectoria dentro del arte argentino.

Su permanencia en la Escuela fue de escaso tiempo, pero muy significativa.

En 1976 fue dejado cesante, víctima del golpe de Estado.”

Reseña biográfica por Carlos Tadeo y Beatriz Grafia Chanvillard

 

Emilio Renart (4 de febrero de 1925, Mendoza, Argentina-†9 de septiembre de 1991, Buenos Aires).

 La crítica ha sido unánime a la hora de señalar el caso de Renart como uno de las figuras más importantes del arte argentino y sin embargo de muchas formas marginado. Beng Oldemburg, sintetizó esta idea en un artículo publicado en 1980 en el diario Clarín,

Cuando Emilio tenía dieciocho años, la familia Renart se traslada a Buenos Aires desde la Villa de San Martín en Mendoza. Estudia en la Escuela de Bellas Artes Manuel Belgrano, en la Prilidiano Pueyrredón y en la Cárcova, obteniendo el título de profesor de dibujo, grabado y pintura.

Comienza a exponer en 1952 y en 1958 realiza su primer muestra individual en la Asociación Estímulo de Bellas Artes. Su talento es entonces valorado y en poco tiempo obtiene los premios más importantes y prestigiosos que entonces se otorgaban en el campo de las artes plásticas: es seleccionado para participar en  los Premios Ver y Estimar en 1962 y 1963. En los Premios Di Tella de 1964, el jurado discute el primer lugar entre él y Marta Minujin. A Renart lo apoya nada menos que el pope máximo de la crítica norteamericana, Clement Greenberg y a Marta Minujin, Pierre Restany, el desempate a favor de Minujin estaba en el voto de Jorge Romero Brest, quien se decide por la primera, otorgándole a Renart un Premio Especial.

En 1967 es enviado para representar al país a la Bienal de San Pablo junto a Juan Carlos Distéfano y David Lamelas. Ese mismo año gana el Primer Premio de Dibujo George Braque que otorgaba la embajada de Francia y que consistía en una beca a París, la cual concretará en 1968, por un lapso de cinco meses.

A comienzos de los años sesenta la obra de Renart va virando de la abstracción al informalismo, movimiento este último, que se impone como un sello de época en diferentes y variadas versiones, como el de los dos representantes tal vez más intensos de esos años como lo fue la imagen de Alberto Greco y diferente pero no menos “informalista” la de Kenneth Kemble.

Pero ya en 1962, Renart arriba a una imagen propia, madura y no menos enraizada en la filosofía que subyace a toda la corriente informal, el existencialismo, especialmente sartreano.

Fue entre los años 1962/67 cuando Renart crea su serie, con un total de cinco grandes piezas al que llamó Integralismo Bio-Cosmos.

Interesado en las ciencias biológicas, la física, la zoología, Renart comienza a elaborar una concepción del universo basada en la física nuclear, remontándose al origen del mundo como materia energética de la cual derivará el desarrollo del animal y de allí la conciencia humana como razón ordenadora pero a vez ligada profundamente a la materia, a la vida biológica, al inconsciente.

La teoría psicoanalítica y el existencialismo de Sartre fueron pilares del pensamiento intelectual de los sesenta.

Renart admiraba a Leonardo Da Vinci y fue su modelo de huomo universale.  

“En esos trabajos me impulsaba la idea de fusionar técnicas -entonces obraban por separado- como también ligar lo intuitivo con lo racional, lo que equivalía a acercar el arte a la ciencia”, escribió Renart en su libro Creatividad (1986).

Renart experimentaba con materiales nuevos, la obra estaba compuesta de una estructura metálica, lienzo, yeso, pinturas, barnices y arenas. El Bio-Cosmos dejaba atrás el concepto clásico de representación, era una presentación, un cuerpo biológico que imponía su presencia al espectador avanzando en el espacio, ocupándolo. El Integralismo Bio-Cosmo Nº5 de 1967 que participó en la Bienal de San Pablo era una verdadera materialización cósmica, donde la resina poliéster sumada a la inclusión de luces en la propia obra es recordada para quienes pudieron verla como una verdadera maravilla. La obra se deshizo en el camino de regreso a Buenos Aires.

La suerte de Emilio no fue mucho mejor que el de sus obras, en su mayoría destruidas.

Sus obras no se vendían y en general su lenguaje era incomprendido por el gran público.

“… llegué a una situación tope en el ´68, me sentía muy mal y aprovechando una Beca del George Braque me fui a París donde estuve cinco meses. Evidentemente yo quería huir de mi país, de mis amigos, de mi familia, es decir quería huir de mí y ahí en Francia me hice una pregunta fundamental: ¿Qué me está pasando?: Me di cuenta que estaba envuelto en un individualismo tremendo, entonces ¿cómo solucionaba eso? Dejar o atenuar ese individualismo significaba que tenía que descubrir a los demás; a partir de ese momento comencé a desarrollar mi componente social, hasta ese momento estaba con mi persona y peleando con los demás, ahí me di cuenta de que ese componente social no estaba desarrollado.”. 

Es entonces cuando comienza una nueva etapa. Abandona la tarea de producción artística para retomarla recién en 1976 y se dedica a la reflexión teórica a través de la educación fundamentalmente ejerciendo la docencia en la Prilidiano Pueyrredón y en su taller particular.

Años más tarde, el entonces director del Museo Eduardo Sívori, Hugo Monzón le pide que dicte un curso de creatividad para reactivar al museo que entonces funcionaba en el Centro Cultural San Martín.

Programado con una duración de un mes pasó a abarcar tres niveles con una duración aproximada de un año. Entre los años 1985 y 1988 pasaron por el mismo  más de 2000 personas, artistas y gente común, recordada hasta el día de hoy como una de las experiencia más interesantes que se realizaron a nivel grupal en una institución de este tipo. Los textos que entonces Renart preparó para desarrollar el curso lo llevó a publicar en agosto de 1987 el libro Creatividad editado por Anzilotti.

 “Creatividad para mí, es un estilo de vida que abarca todos mis actos, de los cuales el quehacer plástico es solo una parte”.

Si el existencialismo se difundió como una filosofía de la angustia, dentro de un mundo que se derrumbaba ante el horror de la segunda gran guerra y el sujeto quedaba totalmente desvalido ante la falta de sentido ante una razón que demostró su impotencia, en la obra como en el pensamiento de Renart, el arte es un ejercicio de construcción cotidiana, comunitaria y el arte, lejos de los mercados, al que él nunca accedió, es el ejercicio de la más alta de la facultades humanas, la libertad.

 Oldenburg, Beng. Camino a la libertad. Sentido de la obra de Emilio Renart. Diario Clarín, Buenos Aires, sábado 9 de febrero de 1980.

Revista Arte en acción Los caminos de la creatividad S/A. Nº1 1988.

Fotos enviadas por el comitente




Obra al ingreso

  Mapa de deterioros



Detalles







Reverso







Estudios preliminares a tratamientos:

Con lupa USB 






Vistas con luz UV







Desinfección y aspirado con boquilla controlada.



Consolidación





 Comienzo del estuco tipo Florentino (más líquido) con color


Reintegro cromático con productos retratables




Protección

 

 





Obra restaurada

 





Luego de todas las intervenciones con materiales reversibles, aptos restauración conservativa, ésta hermosa obra de Emilio Renart, puede seguir contando a las futuras generaciones, una parte de nuestra historia.

 
https://apariciobravo.my.canva.site/




 

 

       

 


domingo, 23 de octubre de 2022

Restauración de escultura del Moisés

 

Restauradora Patricia Aparicio Bravo

https://linktr.ee/apariciobravo

 Diagnosis:

Réplica en yeso patinado, del Moisés de Miguel Ángel.

Medidas: 28 cm de altura x 44 cm de base.

Pátina grafito.

Faltante matérico en cuerno derecho y  base.  

 Restauración:

-Reintegración matérica y cromática (similar al original a pedido de la comitente).

 El Moisés (Mosè en el italiano original) es una escultura de mármol blanco encargada en 1505, realizada en 1513-1536, obra de Miguel Ángel Buonarroti (1475-1564), centrada en la figura bíblica de Moisés. Originariamente concebida para la tumba del papa Julio II en la basílica de San Pedro, el Moisés y la tumba se colocaron finalmente en la iglesia mayor de San Pietro in Vincoli, en la zona del Esquilino, tras la muerte del Papa.

Una de las características que llama la atención en esta escultura son los dos cuernos que salen de la cabeza. Los expertos explican que esta representación de algunos personajes de la Biblia era común. Esto era debido a la traducción errónea de una palabra hebrea.

¿Por qué tiene dos cuernos?

A finales del siglo IV San Jerónimo de Estridón, padre y doctor de la Iglesia, hizo un monumental trabajo traduciendo la Biblia desde el griego y el hebreo al latín.

Cuando San Jerónimo tradujo Éxodo 34, 35 se encontró con una palabra compuesta por las letras KRN. (Es importante aclarar que en hebreo no se escriben las vocales.) La cual se puede interpretar como «keren» (radiante, luminoso, con rayos de luz) o «karan» (cuerno).

Actualmente la mayoría de las Biblias traducen aquel pasaje de la siguiente manera:

“Y los Hijos de Israel vieron entonces que rayos de Luz emanaban de la tez del rostro de Moisés”.

San Jerónimo, en cambio, optó por la siguiente traducción:

“Y los Hijos de Israel vieron entonces que cuernos emanaban de la tez del rostro de Moisés”.

 Obra al ingreso










Limpieza superficial.



Reintegración matérica.





Reintegración cromática

Obra restaurada